divendres, 30 d’agost del 2013

SU guerra, no la mía



El 23 de diciembre de 1971, Nixon lanzó la 'War on Cancer'. Post-Vietnam, hacía falta unir al pueblo americano contra un enemigo común... y ahí empezó otra guerra. Toma ya. En un artículo también leo:  ‘las metáforas bélicas, procesos de territorialización de lo fenomenológico, permiten a las pacientes dar sentido y lógica a una experiencia como el cáncer compleja y difícil de abordar' 

Y me vuelve a hervir la sangre. Se me abren venas con recuerdos y rabias. Y voces que dicen:

'Bienvenida al club de las guerreras, esta guerra la vencerás, debes luchar, eres muy valiente, sigue luchando..

                       PERDÓN?!!!


Luchar? Contra qué?!!! Contra mi? Contra mis células?? Contra mis hábitos???  No tengo un ‘contrario’ contra el que luchar.  Mi cuerpo no es mi contrario. Está enfermo y no sé porqué.  
Ni vosotros tampoco.


'Mantente fuerte, vencerás'   

Y me hice una lista:

 lucho para mantener el ánimo de hacer lo que me gusta, debo ser fuerte para aguantar las miradas ajenas, fuerte para poder resistir el paternalismo, la pena o el disgusto ajeno, fuerte para decidir qué hacer con mi cuerpo, fuerte para darme de bruces con mi miedo a la soledad, fuerte para enfrentarte al comité de ética... 



                                                     (Ilustración de Claudia Stay Rude)



Yo Lucho contra las imposiciones de la sociedad sobre mi cuerpo y mi vida. Vuestra guerra contra el cáncer no es la mía. Yo no estoy en guerra contra el cáncer. 

A mi, no me sirve una metáfora simplista, no me sirve que me traten como a una niña que necesita entender algo que ni los mismos médicos aún entienden.

No será para ellos (los acríticos y conservadores médicos, instituciones públicas, industria farmacéutica, corporaciones oncogénicas - que producen entornos contaminados y con mayor riesgo de cáncer- y políticos) la metáfora?   No será que es más fácil unir a los pacientes contra la enfermedad, antes de que se cuestionen los orígenes de ella, el porqué aún no tenemos tratamientos eficaces, el porqué las mujeres deben estar guapas y los hombres da igual, el porqué existen patentes que restringen el uso de terapias y tratamientos individualizados, el porqué la incidencia del cáncer aumenta en las zonas más industrializadas que en las menos....   me mareo y quiero vomitar. 



A quien le sirva la metáfora, bien- no puedo (aunque mi rabia quiere, y mucho) decirles nada contra lo que les pueda ayudar a sobrellevar la carga. Es muy pesada, lo sé.

Pero por favor, dejad de tratarme(nos) como a una idiota.


No necesito que otros entiendan la enfermedad y me la den masticada. Dejen que Yo misma, y cada una, conceptualicemos (pensemos, creemos, imaginemos) nuestras ‘guerras’ como queramos, podamos o sepamos. Dejadnos SER y SENTIR como queramos. Para mi no es una guerra, para mi, es una carrera de fondo,  es una ironía, es una venda caída, es una revelación de muchísimas opresiones, es un despertar al feminismo, es un miedo a la muerte instaurado, es una abertura al cuerpo, es muchas, muchas cosas.. pero la única batalla que lucho, ahora mismo, es para que podamos significar, cada una, nuestro dolor, entendamos los poderes que se esconden tras los protocolos, consigamos las coberturas materiales que necesitamos y podamos mirar a los ojos de todo el mundo y decirle, si, tengo cáncer y qué!    







Sumalla, E. et alt. 'Porqué las mujeres con cáncer de mama deben estar guapas y los hombres con cáncer de próstata pueden ir sin afeitar. Oncología, disidencia y cultura hegemónica. Psicooncología (10-1 pp 7-56)